Impulsar la transformación digital de la empresa, crear nuevos productos, servicios y modelos de negocio, así como reducir el time-to-market, son algunos de los retos que afrontan las empresas en un mercado cada vez más global y competitivo.

Para hacer frente a estos desafíos es clave empatizar con el cliente, sumar a los empleados al carro de la innovación y flexibilizar los sistemas de participación para explotar al máximo el conocimiento del capital humano. A pesar de que ninguna de estas acciones son sencillas, a partir de la experiencia que hemos acumulado en Quantion con el despliegue estrategias de transformación digital, la aplicación del Design Thinking puede ser la respuesta.

Explotar al máximo el conocimiento del capital humano

¿Qué es el Design Thinking?

A estas alturas, todos hemos participado en mayor o menor media en actividades creativas como el brainstorming. El Design Thinking va mucho más allá, ya que es un marco de trabajo que incluye procesos de creatividad, interacción con los usuarios y prototipado de soluciones finales. Su versatilidad reside en una multiplicidad de técnicas que permiten divergir cuando se afrontan situaciones de difícil solución para luego converger en estrategias y productos concretos.

Procesos de creatividad, interacción con los usuarios y prototipado de soluciones finales

¿Por qué las empresas apuestan por él?

Porque centra su foco de atención en el cliente y también puede centrarse en los empleados de la empresa. Entre sus objetivos está el descubrir y parametrizar los intereses, percepciones y maneras de consumir del cliente, de comportarse y de pensar del trabajador interno.

¿Cómo se usa o se implementa?

Antes de nada debemos ponernos en la piel del cliente, de los stakeholders o cualquier agente implicado. A partir de esta premisa, debemos co-crear valor a partir del conocimiento de las personas que participen en el proceso. Y con todo ese intangible, acabar creando un prototipo, ya sea físico o un plan de acción, susceptible de ser mejorado para continuar con la innovación de forma iterativa.

En Quantion hemos aplicado el Design Thinking para diferentes empresas que tenían como objetivo impulsar el uso de herramientas digitales internamente. Como es habitual en este tipo de procesos de cambio o transformación digital, pueden existir resistencias dentro de la organización, problemáticas no previstas, barreras organizativas…

 

Entonces, ¿cómo podemos conseguir que las personas de la empresa se sumen al carro y utilicen nuevas herramientas para hacer más competitiva a la empresa? Bajo nuestro punto de vista y experiencia recomendamos seguir los siguientes pasos basados en la metodología de Design Thinking:

  1. Fase de empatía y definición: Para conocer cuáles son las principales resistencias internas, empezamos por entender y analizar cómo se comportan los empleados y cuáles son sus mayores preocupaciones. ¿Por qué se esfuerzan? ¿Qué les preocupa? ¿Cuál es su visión de la empresa? ¿Cómo soluciona la nueva aplicación los problemas de su día a día? Para ello aplicamos técnicas de empatía y profiling, para luego crear mapas de afinidad. De esta manera, captamos el estado del staff, su posible comportamiento futuro y sus preocupaciones reales delante del cambio.
  2. Fase de ideación: A partir del diagnóstico, empezamos un proceso creativo en el cual, a partir de la experiencia de los participantes se proponen soluciones. Induciendo una forma de pensar totalmente diferente, out-of-the-box, se provoca una explosión de ideas, nuevas aproximaciones y conceptos. En esta fase, se desarrollan procesos para seleccionar qué nuevas soluciones o propuestas son realmente viables, recomendables y posibles. La conclusión de esta fase es la creación de un piloto que facilita la integración de la nueva herramienta.
  3. Fase de prototipado y testeo: Fruto de las dos etapas anteriores, se despliega un piloto con un grupo de participantes seleccionado. Durante el piloto se recogen nuevos insigths para ver si realmente las premisas son correctas o pueden ser mejoras. Afinando a partir de este momento de prototipado, se aplican modificaciones en la estrategia de lanzamiento.

Entre los resultados para este tipo de retos destaca, la reducción de tiempo que la empresa ha tenido que dedicar a que los equipos acepten y utilicen nuevas herramientas digitales de forma satisfactoria. También destaca la creación proactiva de un grupo de embajadores internos a partir de su participación en todo el proceso para promover el cambio.

Como podemos ver con este tipo de desafíos, el Design Thinking es un potente recurso sobre el que apoyarse cuando retos de negocios complejos requieren nuevas formas de dar respuesta.