Cómo crear una estrategia de transformación digital para superar tiempos de incertidumbre

Para las áreas directivas, diseñar estrategias de transformación digital que hagan crecer el negocio suponen un auténtico desafío: “¿qué podemos hacer para estar preparados para el futuro?”, “¿qué tendencias tecnológicas podemos incorporar en la empresa?” y, “¿cómo puedo conseguirlo?”, son algunas de las dudas más comunes.

Si ya eran preguntas complejas antes de la pandemia, todo lo acontecido desde marzo de 2020, supone para muchas empresas un auténtico salto de fe.

De momento, muchas han conseguido sobrevivir y, en algunos casos, incluso han descubierto nuevas estrategias de crecimiento empresarial. Pero, ¿cómo seguir avanzado?, ¿son válidos los planteamientos de grandes estrategias o planes de acción?, ¿lo apostamos todo al factor tecnológico?

Hoy en día la tecnología es un pilar fundamental sobre el que debe consolidarse cualquier empresa. Es el momento de apostar por los procesos de transformación digital acompañados por una visión estratégica.

Sí, hay que seguir definiendo estrategia de transformación digital, convirtiendo su despliegue en algo iterativo, adaptable y co-creado con partes de nuestros equipos.

¿Cómo?

Con el desarrollo de multi-escenarios que permitan anticipar problemas y detectar nuevas oportunidades.

Estrategia de transformación digital para afrontar entornos empresariales

La situación provocada por la Covid-19 ha anticipado muchos cambios que se esperaban dentro de 5 años.

Estamos en un entorno turbulento e incierto, la situación no permite tener claras cuáles son las reglas de juego y, por tanto, a qué atenerse para tomar decisiones.

Hablamos de un entorno ambiguo, abierto a muchas interpretaciones sin que ninguna parezca mejor.

Si el entorno plantea tantas dificultades ¿cómo puede una empresa desarrollar una estrategia que aporte orden y visión? ¿Cómo apostar por inversiones en tecnología y transformación digital de la compañía?

La construcción del futuro para alcanzar el éxito

Toda estrategia se basa en la construcción del futuro y lo definimos a través de tres modalidades, para que nuestro desarrollo de propuesta de valor alcance el éxito:

1. El primer futuro lo construimos en base a nuestra experiencia y nos sirve para planificar estrategias y hojas de ruta. Rellenamos el “gap” que hay entre la situación actual y nuestra visión: Dónde estamos y hacia dónde vamos.
2. El segundo futuro es el que nos llega del pasado. Es decir, lo que planteamos es medible y conforme pasa el tiempo, podemos observar si lo que sucede se alinea con nuestros objetivos.
3. Llegamos al tercer futuro. En este caso hacemos referencia a las tendencias tecnológicas y cambios disruptivos que suceden antes de lo que esperábamos. Un entorno nuevo y ambiguo que aparece sin previo aviso en el presente.

Estos tres futuros son los que marcarán los procesos de una estrategia de transformación digital en las empresas, la diferencia en el crecimiento del mercado y en la mejora operativa.

Cultura digital clave para la estrategia de transformación digital

No hay soluciones mágicas, pero una empresa que quiera anticiparse al futuro debe tener claros estos aspectos:

1- Hay que identificar los “es que siempre se ha hecho así” de la compañía. Por mucho que siempre se hayan hecho las cosas de una manera determinada, si las empresas han sobrevivido desde marzo de 2020, es porque han cambiado ciertos procedimientos para mantener su actividad.

Frente a ese “siempre se ha hecho así”, toca plantear mejores preguntas para conseguir mejores respuestas.

2- Planteadas estas preguntas, necesitaremos co-crear con el equipo para alcanzar las mejores respuestas. Para ello, utilizamos canales de comunicación a través de los cuales el equipo nos hará llegar sus aportaciones.

Co-crear supone cuestionar y aprender, tolerando la disidencia orientada a obtener una mejor visión de lo que pasa y lo que va a pasar.

3- Generar valor con los equipos. Si tenemos que construir estrategias en base a futuros alternativos, debemos contar con diversas personas. Integrando procesos que permitan la innovación en servicios, productos y la propuesta de valor.

Los gestores deben saber con quién cuentan y crear vías que permitan avanzar, tolerando las alternativas y asumiendo que habrá desacuerdo en el proceso como canal para obtener el máximo rendimiento posible.

4- Tener un sentido de futuro más sensible, menos tangible, incierto o nuevo, no supone no tener estrategia. Al contrario, se trata de incrementar un estilo de gestión que pivote de la reacción a la acción.

Esto implica que los equipos puedan gestionar cambios inesperados y que participen las opciones con mayor flexibilidad dentro de la organización con el fin de resolver problemas y generar oportunidades.

Crear escenarios de múltiples situaciones plausibles en el futuro, implica mejorar las transiciones entre procesos, aplicaciones, mercados, culturas corporativas y, planificación y gestión de proyectos.

5- Finalmente, estamos ante un nuevo modelo funcional (que no organizativo). Hay que crear roles y funciones entre áreas que permitan la creación y circulación de conocimiento, desarrollar nuevos valores para el mercado. Ser proactivos ante los cambios.

Se trata de mantener una multipolaridad de inputs que favorezcan ver hacia dónde hay que ir.

Y a partir de aquí ¿qué? ¿Paramos máquinas y nos ponemos a observarlo todo? Nada más lejos de la realidad. Hay que apostar por seguir transformando el negocio y la propuesta de valor, apoyándose en la tecnología. Invertir en la digitalización e innovación de la empresa.

Si quieres que tu empresa pueda adaptarse a los cambios constantes y aprovechar todas las oportunidades gracias a la transformación digital, contáctanos y cuéntanos el reto de tu empresa. ¡Transformaremos tus ideas en realidades!