La necesidad de innovar conlleva nuevos modelos de colaboración
“¡Tenemos que innovar!”. “Deberíamos aprender a innovar como lo hacen las startups”. “Démonos prisa antes que la competencia lo haga”… y un largo etcétera de frases de este estilo retumban en los oídos de cualquier gran empresa que se precie.
Vivimos muy rápido, reinventarse es un must y la innovación disruptiva es nuestro pan de cada día. Nos hemos acostumbrado a descubrir diariamente innovaciones tecnológicas y startups de alto nivel.
Para poder sobrellevar este ritmo frenético, las empresas afrontan las necesidades de mercado y los retos de negocio a través de la innovación creando nuevos productos y servicios, optimizando en sus procesos internos y en definitiva cambiando la forma de hacer las cosas para ser más competitivas.
Tradicionalmente la innovación se llevaba a cabo a través de unidades internas de innovación y departamentos de R+D de la propia empresa. La ventaja de estos departamentos pasaba por su elevado know-how y expertise. Pero a veces, los requisitos de innovación tienen limitaciones y no pueden ser desarrollados, entre otros motivos:
- Están focalizados principalmente en el core business de la empresa.
- Las áreas de conocimiento de la organización son limitadas.
- La dirección de la empresa define las áreas estratégicas donde innovar.
¿Creéis realmente que modelos de negocio disruptivos como Uber, Spotify o Airbnb podrían haber sido desarrollados internamente?
Cómo innovar con las startups
La presión por innovar como lo hacen las startups sigue acechando a las grandes empresas, pues supone una importante ventaja competitiva. Sin ir más lejos, cada vez más, aumenta el número de early adopters que se suben más rápido “al carro” de la innovación.
A este combo de oportunidades para innovar, hay que sumarle el hecho de que los productos y servicios son rápidamente sustituibles. La rapidez nos permite adaptarnos fácilmente a las últimas tendencias del mercado dándonos la posibilidad de diferenciarnos y posicionarnos por delante de nuestros competidores.
Cada vez somos más impacientes y un elevado tiempo de desarrollo puede suponer un obstáculo a la hora de generar retorno en innovación. Y es entonces cuando las grandes empresas se preguntan quién está innovando rápido, de manera ágil y disruptiva. La respuesta está clara: las startups.
Sinergias con las startups
Las startups buscan sacar partido de los recursos, los sistemas a gran escala, el posicionamiento de la marca y la base sólida de clientes que tienen las empresas. Por otro lado, las startups aportan a las grandes empresas agilidad, ideas innovadoras, disposición a asumir riesgo, ambición, aspiraciones de crecer rápido y respuesta real a oportunidades del mercado. El verdadero reto está en saber combinar en la medida correcta las fortalezas de ambos mundos.
La colaboración de grandes corporaciones y startups buscan obtener modelos de negocio disruptivos y rompedores
Nos encontramos en un nuevo paradigma donde se buscan nuevos modelos de negocio ágiles y rápidos. Es por eso que cada compañía tiene que encontrar el mejor modelo colaborativo con las startups.
La gran empresa es consciente que no puede responder a todas las oportunidades del mercado ni solucionarlo absolutamente todo. Si antes el objetivo principal era el retorno financiero, ahora es la necesidad de innovar.