John F. Kennedy dijo una vez que la palabra “crisis” en chino se compone de dos caracteres: uno representa el peligro, el otro oportunidad. Puede que no haya sido completamente correcto a nivel lingüístico, pero lo cierto es que cualquier crisis presenta una oportunidad.

La pandemia originada por la COVID-19 ha cambiado casi todos los aspectos de la vida, desde lo personal (cómo viven y trabajan las personas) hasta lo profesional (cómo las empresas interactúan con sus clientes, cómo los clientes eligen y compran los productos y servicios, y cómo se entregan estos por las cadenas de suministro).

En una reciente encuesta de McKinsey a más de 200 organizaciones en todas las industrias, más del 90 por ciento de los ejecutivos dijeron que esperan que las consecuencias de la COVID-19 cambiarán la forma en que hacen negocios en los próximos cinco años, y casi el mismo porcentaje afirma que la crisis tendrá un impacto duradero en las necesidades de sus clientes.

Moverse puede ser un experimento, un riesgo. Pero es una oportunidad.

¿Cómo están respondiendo las empresas?

Como era de esperar, las inversiones en diferentes áreas están sufriendo. Los proyectos de innovación también. Algunos directivos creen firmemente que volverán a las iniciativas relacionadas con la innovación una vez que el mundo se haya estabilizado, el negocio principal esté seguro y el camino a seguir sea más claro.

Muchas direcciones generales se enfrentan a una decisión importante a la hora de apoyar el crecimiento impulsado por la innovación a corto plazo, lo cual puede tener consecuencias duraderas para la capacidad de sus empresas de crecer en los próximos años.

Por otro lado, también estamos viendo que empresas de muchos sectores (incluidos los más afectados por la pandemia) están priorizando la innovación para concentrarse en cuatro aspectos: reforzar su negocio principal, buscar espacios de oportunidad conocidos, ser efectivos y minimizar el riesgo, y esperar hasta que “haya más claridad”. Sin embargo, en base a los múltiples proyectos que hemos llevado a cabo desde Quantion, creemos que en tiempos de crisis como la actual, las acciones de innovación más urgentes deben orientarse a:

  • Adaptar el core del negocio para satisfacer las necesidades cambiantes de los clientes.
  • Identificar y abordar rápidamente nuevas áreas de oportunidad creadas por la situación cambiante.
  • Reevaluar la cartera de iniciativas de innovación y garantizar que los recursos se asignen adecuadamente.
  • Construir las bases para el crecimiento posterior a la crisis y seguir siendo competitivos en el período de recuperación.

Cuando todo cambia, el que cambia no gana siempre, pero el que no cambia casi siempre pierde.

¿Qué pueden hacer las empresas para innovar en época de crisis?

Una planificación innovadora, un modelo de inversión en transformación digital y una estructura fiscal y de ayudas públicas, puede convertir el peor de los escenarios en uno de crecimiento a medio plazo. Lo que se haga en los próximos cinco meses determinará los próximos cinco años.

Lo que sigue a continuación son los pilares que consideramos fundamentales sobre los que invertir en innovación y transformación digital a corto plazo para minimizar el impacto de la pandemia y seguir siendo una empresa competitiva:

Revisar la experiencia y relación con tus clientes

La gente usa la red, de manera cada vez más y más masiva, y ello ha obligado a replantear buena parte de las acciones de marketing, comunicación y atención al cliente. Durante los próximos meses será clave acelerar radicalmente la integración del omnicanal en el punto de venta, así como incorporar soluciones tecnológicas para optimizar el customer journey e impulsar las ventas online y offline.

Digitalizar los procesos

Los primeros pasos digitales en la mayoría de las empresas consisten en la mecanización y optimización de procesos internos. Muchas empezaron hace tiempo con la contabilidad, la gestión de stocks, o los ya más sofisticados ERP o CRM, y aún hay algunos que a duras penas empiezan, pero pocos son los que se han resistido a este estadio para optimizar la eficiencia, control y productividad.

Crear nuevos productos y servicios

Si una empresa ha mecanizado correctamente sus procesos internos y también sus puntos de contacto con el cliente, puede plantearse servicios y productos que hasta ahora no estaban a su alcance. Deberemos ser capaces de mejorar las propuestas que trasladamos al mercado, por ejemplo mediante la personalización, la geolocalización, el tiempo de respuesta o nuevas funcionalidades.

Crear nuevos modelos de negocio

Si tienes las operaciones digitalizadas, capturas flujos de datos, interaccionas de manera fluida con tus clientes, diseñas nuevos productos y servicios… puede que a estas alturas el modelo de negocio ya se haya visto alterado, o esté a punto de hacerlo. Es decir tu organización es capaz de generar ingresos a través de una nueva propuesta de valor.

Impulsar la cultura y la gestión del cambio

Una empresa depende, en gran medida, de sus personas. En el contexto actual, es imprescindible dotar a las personas y equipos de la organización de los medios, herramientas y conocimientos necesarios para que impulsen la cultura digital.

Para todo ello, es fundamental analizar y valorar si tu organización es capaz de llevar a cabo con éxito estos pilares con los medios actuales, o bien, si tiene que apoyarse en un partner especializado como Quantion que te ayude a conseguirlo. El futuro no se espera, se debe conquistar.